Se trata de una receta fácil de hacer, baja en calorías, rica en nutrientes y con un toque asiático gracias al jengibre.
Si no disponemos de un wok no pasa nada, podemos utilizar una sartén con borde alto y poca base, no queremos freír queremos saltear.
Añadimos 3 cucharadas de AOVE a la sartén o wok, calentamos y añadimos el diente de ajo picado y el jengibre rallado, movemos para que no se queme y añadimos las setas, los espárragos y los ajos tiernos cortados. Sal pimentamos al gusto.
Es importante que el fuego esté al máximo para que se doren las verduras, pero no se pude dejar de remover. Una vez doradas, un par de minutos, retiramos de la sartén y reservamos.
Añadimos un par de cucharadas de aceite de nuevo a la sartén y doramos el brócoli cortado en trozos pequeños, ponemos sal y pimienta y removemos durante 3 o 4 minutos. Una vez dorado, añadimos las verduras reservadas anteriormente y removemos.
Para que queden las verduras más tiernas y jugosas vamos a poner un poquito de agua (50ml), un chorro generosos de salsa de soja (30ml) y una cucharada sopera de sirope de ágave (10ml). En casa nos gustan las cosas con un toque picante, así que añadí en este paso una puntita de guindilla picada (al gusto).
Tapamos y dejamos cocer hasta reducir el caldo un poco, remover de vez en cuando para que todas las verduras se queden impregnadas con la salsita.
En este momento es cuando añado a la cocción unas gambas peladas, si las añadimos antes quedan secas, así sólo se cuajan y quedan más jugosas. Como siempre es cuestión de gustos y preferencias, si queremos un plato vegano o sin proteínas no ponemos las gambas y listo.
Dejamos cocer unos 5 minutos más, si nos gusta la verdura tierna, mejor tapar un poco el wok para generar vapor y dejarlo unos minutos más , y si nos gusta al dente ya está listo para servir y comer.